Este libro analiza la realidad de un país, China, que ha experimentado transformaciones económicas y sociales profundas en los últimos treinta años. El enfoque seguido en el mismo es eminentemente multidisciplinar, combinando las aportaciones procedentes de diferentes perspectivas: histórica, social y cultural, política, económica y de relaciones internacionales. El punto de arranque de la nueva China cabe ubicarlo en 1978, cuando Deng Xiaoping impulsó la política de reforma y apertura exterior. Esta política fue seguida de un proceso de crecimiento económico que asombró al mundo. Debe destacarse que uno de los rasgos más sobresalientes de la experiencia china es que la introducción de mecanismos de mercado no ha supuesto una alteración del régimen político existente.

Los dirigentes de Pekín propugnan la creación de un socialismo de características chinas, sin buscar emular en ningún momento el modelo occidental. Para antes de 2030, es posible que China se haya convertido en la primera economía del mundo. Esto, sin duda, querrá decir que su poderío militar y su influencia en el mundo se habrán reforzado sensiblemente. No obstante, para llegar a este punto las autoridades chinas deberán superar importantes desequilibrios económicos y sociales. Entre ellos quizá los más llamativos, dada la orientación socialista del régimen, son las crecientes desigualdades sociales y la corrupción. Puede afirmarse, en este sentido, que China se encuentra en un momento crucial para dilucidar su futuro a corto y medio plazo.