El derecho natural es el conjunto de leyes promulgadas y manifestadas por Dios inmortal al género humano, de cualquiera manera, sea por medio de la revelación natural, sea por medio de la revelación sobrenatural. Pero considerándola como ciencia la que se llama jurisprudencia natural, el derecho natural es el modo práctico de conocer la voluntad de Dios, legislador supremo, y de aplicarla a toda clase de actos que pueden ocurrir, así como los casos y hechos individuales. Puesto que esta ciencia tiene por objeto un derecho emanado de Dios, puede llamarse también jurisprudencia divina. Puesto que el derecho natural consta de leyes, le pertenece a aquél lo que es propia de estas, vale decir, ordenar, prohibir, castigar, premiar. También le incumbe permitir, en virtud de lo cual todos quedan obligados a no perturbar a nadie en el uso de lo permitido. De donde se deduce que son inmortales las almas de los mortales, a fin de que sean castigados después de la muerte los malos que fueron felices hasta el último día de su vida, y sean premiados los buenos que durante su existencia terrestre padecieron tribulación.