¿Cuál era el papel reservado a la España de Felipe V en el delicado edificio del equilibrio de potencias nacido de los acuerdos de Utrecht (1713-1714), una vez finalizada la Guerra de Sucesión? ¿Y cuál era el papel que el rey de España quería reclamar para sí mismo y para su monarquía? La disputa entre ambas concepciones del orden europeo se rastrea en este libro, que se propone reconstruir el momento en el que se reveló el desafío que el primer monarca Borbón en España estaba dispuesto a plantear al resto de los príncipes de Europa.
Aquella etapa tuvo un protagonista inesperado: el abate Giulio Alberoni, persona de confianza primero de la reina Isabel de Farnesio y luego del rey, que se benefició de una nueva planta de la monarquía que estaba alterando sus procedimientos de gobernanza, y del nuevo perfil geográfico derivado del reparto de los territorios donde había reinado Carlos II. Alberoni amenazo, entre 1715 y 1719, con poner el continente en llamas; la respuesta que se articuló ante tal desafío constituye una de las claves para comprender las relaciones internacionales en el siglo XVIII.