Conviene recordar que la empatía, que resulta tan necesaria hoy en día, se desarrolla a través de la cultura y, principalmente, a través de la música, la literatura o el cine. El cine, de hecho, es una de las artes más accesibles, ya que, si uno se vuelve cinéfilo, si le apasiona el cine, eso significa que va a disfrutar de muchas historias con diferentes perspectivas que cuentan con personajes de todo tipo que obran de manera distinta ante unas situaciones que pueden ser similares. El espectador crece al poder ver el mundo de manera diferente. Esta obra monográfica, desde su mismo título (Valores ético-jurídicos para el siglo XXI: una propuesta a través del cine), pretende mejorar la empatía de cualquier lector que tenga a bien acercarse a sus páginas, por lo que a lo largo de las diferentes colaboraciones de este libro se ha ido profundizando en diversos aspectos de la pasión que une a todos sus autores por el cine y el Derecho, como cincelando una obra que, como no podría ser de otra manera, se ha escrito con la intención de que sea de referencia. En concreto, en esta obra colectiva heterogénea se pueden encontrar, fundamentalmente, dos clases de capítulos: unos capítulos que apuestan claramente y de manera más específica por proponer una serie de valores ético-jurídicos, frente a otros capítulos que, sin desdeñar los valores ético-jurídicos, apuestan por una mayor concreción de su análisis del cine desde disciplinas o cuestiones jurídicas concretas. Por ofrecer gran variedad de temas y de propuestas de valores ético-jurídicos, todos quedan invitados a la lectura de este libro, tanto el que quiera solamente entretenerse como el que quiera reflexionar sobre algunos valores éticos o aprender algunos conceptos jurídicos. Solamente es necesario que les guste el cine.